DIAGNOSTICAR LA ENFERMEDAD

Aquí os dejamos las diferentes pruebas que un especialista en demencia puede realizar para saber que tipo de demencia tiene el paciente

  • El Historial Médico del Paciente
Los médicos a menudo comienzan haciéndole preguntas sobre su historial médico. (Por ejemplo, pueden preguntarle cómo y cuándo se presentaron sus síntomas, además de su condición médica general.)  
  • El Examen Físico
Un examen físico puede ayudar a descartar las causas tratables de la demencia e identificar los signos de un accidente neurocerebral o de otros trastornos que puedan contribuir a la demencia. También puede identificar los signos de otras enfermedades, como la enfermedad del corazón, o una deficiencia renal cuyos signos pueden parecerse a los de la demencia.

  • Las Evaluaciones Neurológicas
Los médicos hacen un examen neurológico para medir el equilibrio, la  función sensorial, los reflejos y otras funciones para identificar signos de condiciones,( como por ejemplo, los trastornos del movimiento o accidentes cerebrovasculares, que puedan afectar el diagnóstico del paciente o que puedan tratarse con medicamentos.)
  • Las Pruebas Cognitivas y Neuropsicológicas
Los médicos usan pruebas para medir la memoria, las habilidades del idioma y otras habilidades relacionadas con el funcionamiento mental para ayudar a diagnosticar la condición de un paciente de manera acertada.  (Por ejemplo, las personas con la enfermedad de Alzheimer muchas veces tienen cambios en las llamadas funciones ejecutivas (como la habilidad para resolver problemas), así como en la memoria y la capacidad para realizar tareas que antes se hacían de manera automática.)

Muchas veces, los médicos usan una prueba llamada Examen del Estado Mini-Mental (MMSE) para evaluar las habilidades cognitivas de personas. Esta prueba estudia la capacidad de orientación, la memoria y la atención, así como la capacidad para nombrar objetos, seguir órdenes verbales y escritas, escribir frases de manera espontánea y copiar una figura geométrica compleja.



  • La Escanografía del Cerebro
Los médicos pueden usar la escanografía del cerebro para ver si han ocurrido accidentes cerebrovasculares y si existen tumores u otros problemas causantes de la demencia. Además, buscan si existe atrofia cortical  (que es la degeneración de la corteza (capa exterior)).
Los tipos de escanografía del cerebro más corrientes son las tomografías computarizadas (CT por su sigla en inglés) y las imágenes por resonancia magnética (MRI). Estas escanografías, usan los rayos X para detectar estructuras cerebrales.
Los médicos también pueden usar los electroencefalogramas (EEGs por su sigla en inglés). Un EEG también puede usarse para detectar ataques epilépticos, los que ocurren en alrededor de un 10 por ciento de los pacientes con la enfermedad de Alzheimer, así como en muchos otros trastornos.
Otros tipos de escanografía permiten a los investigadores observar el cerebro durante su funcionamiento.  (No se usa mucho como herramienta de diagnóstico, pero es una parte importante de la investigación y finalmente pudiera ayudar a identificar a personas con demencia de manera más precoz que lo que es posible en la actualidad.)  Las escanografías para medir la  función cerebral incluyen la tomografía por emisión de fotón único computarizado (SPECT), la tomografía por emisión de positrones (PET), y la magneto encefalografía (MEG).
  • Las Pruebas de Laboratorio

Una lista parcial de estas pruebas incluyen un hemograma completo, una prueba para medir la glucosa en la sangre, el urinálisis, los análisis toxicológicos para medir el nivel de drogas y alcohol y un análisis del fluido cerebroespinal (para descartar infecciones específicas que puedan afectar el cerebro), y un análisis de la tiroides y de los niveles de las hormonas que estimulan a la tiroides.


  • Las Evaluaciones Psiquiátricas
A veces es posible que se haga una evaluación psiquiátrica para determinar si la depresión u otro trastorno psiquiátrico puede estar contribuyendo a los síntomas de la persona.
  • Las Pruebas Pre-sintomáticas
En la mayoría de los casos, no es posible hacer pruebas para ver si existe demencia antes de que la persona manifieste síntomas. Sin embargo, en algunos trastornos hacer una prueba genética puede ayudar a identificar a personas con probabilidades de desarrollar la enfermedad.